El frío de la lápida abandonada debía de ser, a juzgar por las fotos del momento, similar al que en esa Venecia de 1985 soportaron los más de treinta autores españoles que se congregaron en el cementerio de San Michel. La piedra ante la que leyeron poesía y sobre la que dejaron un sobrio ramo de flores tenía –debe tener- tallada unas letras que configuran, para muchos, el nombre del poeta cuya obra es “la columna vertebral de la Poesía moderna”[i]: Erza Pound.
José María Álvarez y otros intelectuales junto a la tumba de Pound en Venecia. |